vendredi 13 avril 2018

114- Agricultura del mundo - El País Dogón

AGRICULTURA DEL MUNDO – EL PAÍS DOGÓN
  


Por alguna parte de África occidental, en Mali, en el río Níger y la frontera con Burkina Faso, existe una región con clima Sahelian, donde la vida es difícil. Sin embargo, ahí se encuentra un pueblo con una cultura, un arte y un artesanado tan ricos, que numerosos coleccionistas occidentales lo conocen, a menudo sin haber nunca pisado el país.

Imagen: http://www.pedagogie.ac-nantes.fr/servlet/com.univ.collaboratif.utils.LectureFichiergw?ID_FICHIER=1302900519082&ID_FICHE=1317055908671

También es una de las regiones del mundo donde conviven en perfecta harmonía, personas de religiones distintas. El islam es la religión más representada, pero también hay muchas personas cristianas y animistas. Esta mezcla religiosa está presente en las ciudades, en los pueblos, e incluso a veces dentro de la misma familia.
Se trata del País Dogón.

En esta región, la vida es dura. El acceso al agua es una de las claves de la supervivencia.
La vida social se organiza entorno a los hombres, pastores, cazadores, cogedores, guardianes de la palabra y de la tradición, y de las mujeres, agricultoras, madres de familia, amas de casa, responsables del agua y de la educación de los niños, y a veces vendedoras de los pobres excedentes de producción o de los productos de su propio artesanado.


La agricultura está hecha de parcelas muy pequeñas fraccionadas y separadas por pequeños senderos de tierra. El trabajo, lo hacen las mujeres, manualmente, ayudadas por los niños si son lo bastante grandes.
El riego, si es necesario, requiere grandes esfuerzos ya que primero hay que ir a por el agua, antes de usarla para regar. Solo es posible si los puntos de agua son lo suficientemente cerca.
Es una agricultura rudimentaria, de supervivencia, de la que solo una muy pequeña parte puede ser vendida para generar ingresos. La mayor parte va directamente a la alimentación de la familia.
Una asociación local, creada en 2005 por personas Dogón preocupadas por el porvenir de su pueblo, se ocupa de montar proyectos destinados a mejorar sus condiciones de vida, mediante la mejora de las condiciones de vida y de trabajo de las mujeres Dogón. Son el pilar de este pueblo tan simpático.


ARAF-Plateau Dogon (Acción para el Fomento de las Actividades Femeninas en País Dogón) federa 80 grupos de 25 a 40 mujeres cada uno, con el fin de aportar un apoyo que va desde la educación, la formación, el apoyo técnico, la entrega de herramientas básicas para el trabajo de campo, y el montaje de proyectos locales (uno de los proyectos en marcha es la creación de un taller de transformación de aceite de karité en mantequilla para su venta para su uso en cosmética).
Entre las acciones permanentes está la formación a las técnicas de agroecología. Especialmente, uno de los objetivos es de favorecer la modernización de la agricultura, y por consecuencia la mejora de los ingresos de las familias Dogon, gracias a la venta de sus excedentes de producción. Pero la falta de formación, la falta de equipos y la falta de medios forman parte de los motivos para una orientación hacia la agricultura ecológica.


Es imprescindible modernizar la agricultura con métodos y técnicas que permitan mejorar la capacidad productiva, sin por eso crear una dependencia a insumos y a máquinas y aperos, fuentes de inversiones que, al día de hoy, ni son posibles, si son prioritarias.
La agricultura Dogon debe mantenerse autónoma ya que las inversiones necesarias, numerosas, deben ser reservadas a obras de infraestructura de primera necesidad.
La voluntad de ARAF es de mejorar la capacidad productiva de la agricultura del País Dogon, pero con una mínima inversión, en la medida en la que la primera inversión necesaria es la creación de una red de acceso al agua que permita a sus habitantes mejorar su autonomía, ganar en higiene, y sobre todo dejar de dedicar la mitad de su tiempo (mujeres y niños sobre todo) al transporte de agua.


Y el acceso al agua es probablemente un proyecto a largo plazo, pero ¡tan importante!
El clima Sahelian incluye una época de lluvias, en concreto de junio a septiembre, durante los que llueve de manera abundante, lo que permite la reconstitución de las reservas del suelo, y otorga algunos cultivos adaptados a este clima.
Se puede imaginar la creación de una red de canales para llevar el agua del río Níger hacia las zonas aisladas. Pero sería una obra faraónica, larga y extremadamente costosa.
Sin embargo, la creación de balsas y de pozos, operaciones mucho más accesibles y exigiendo presupuestos más livianos, favorecería una agricultura más permanente, una gran mejora en la seguridad alimentaria, e ingresos permitiendo un desarrollo claramente más importante. De paso, permitiría un acceso a temas tan evidentes para los occidentales como servicios de salud o de higiene, y por ahí mismo, una clara mejora de las condiciones de vida del pueblo Dogon.


Hace unos meses, por mediación de las redes sociales, fui solicitado por el presidente de ARAF, Issiaka Konaté, para participar en un trabajo humanitario, mediante una ayuda a la implantación de técnicas de agroecología. No tengo “vocación” para eso, y de hecho no lo he hecho nunca. Mi vida está organizada en torno a mi trabajo, que requiere mucha dedicación, como lo saben muy bien todos los agricultores, mi familia a la que debo un mínimo de apoyo y presencia, y mis actividades varias, como es el caso de este blog.

Hemos intercambiado mucho con Issiaka. Fue el que me conto la vida del pueblo Dogón, y las dificultades de esta vida, los numerosos proyectos que siempre bloquean por un problema recurrente de financiación.

El turismo representaba una importante fuente de ingresos. Pero desde el 2012 y los ataques del terrorismo yihadista, esta fuente desapareció, bloqueando o retrasando muchos proyectos.


Me di rápidamente cuenta que la situación política y económica de Mali, así como los ataques yihadistas en la región complican mucho las acciones occidentales y las intervenciones de las ONGs.
Al no poder intervenir directamente, decidí aportar una piedrecita a este frágil edificio.

Entonces le propuse a Issiaka un texto, ilustrado con numerosas fotos, para explicar la situación, y para pedir a los lectores una ayuda económica. http://www.calameo.com/read/001473813fa1dcc88ddda
El director de una ONG francesa, Gérard Cinquin de DNPLS (Del Norte Para el Sur) que actúa en África, nos ayudó por su experiencia, sus buenos consejos y por el trabajo de presentación, y también, y sobre todo, por la puesta a disposición de su plataforma de recogida de donaciones.


Más adelante, por mediación de mi red de contactos y de amigos, he podido iniciar el trabajo de un proyecto de colaboración con una ONG española, Madre Coraje, que dedica gran parte de su actividad a la recuperación de ropa y objetos usados, para mandarlos, en España o en otros países del mundo, a comunidades en situación de inseguridad que pueden, o usarlos para sus propias necesidades, o convertirlos en una fuente de ingresos mediante su reventa.
Y es precisamente por ahí que hemos lanzado este proyecto: importar en Mali ropa usada, para que la clasificación y la venta generen, por una parte unos puestos de trabajo y los correspondientes ingresos para determinadas familias, y sobre todo ingresos para financiar proyectos educativos y de desarrollo. Pues dicho así parece sencillo cuando los contactos están establecidos.
A partir de esta idea, todo se complica. El proyecto avanza, pero ha sido necesario establecer varias cosas, y realizar inversiones que, de momento, ponen en desequilibrio el presupuesto de ARAF.
Ha hecho falta crear una sociedad con posibilidad de importar, hacer negocio, y generar beneficios, para revertirlos íntegramente a la asociación ARAF (sin ánimo de lucro).


Ha hecho falta encontrar transportistas, y resolver el problema del tránsito desde Senegal (Mali no tiene acceso al mar con lo que hay que pasar por el puerto de Dakar).
Hay que preparar los centros de clasificación y establecer una red encargada de la reventa de la ropa, así como la logística necesaria a su repartición.
Una gran parte de los costes ya ha sido asumida por la propia asociación, por sus miembros y por algunos benefactores.
El proyecto abre un gran abanico de posibilidades, pero de momento, exige encontrar el complemento financiero que le permitirá a ARAF autofinanciarse, y financiar su proyectos.
Este complemento es muy razonable, visto desde Europa, ya que es de menos de 7.000 € (6.852 € para ser exacto o 8.200 US$), pero visto desde Mali, es difícil de encontrar, sea en forma de préstamo o en forma de donaciones. El sistema bancario malí no permite que este tipo de proyecto prospere.


Como lo podéis ver, la agricultura del País Dogón necesita numerosas inversiones, de bajo coste en su mayoría, ya que los proyectos son realizados por las propias personas. Pero del desarrollo de esta agricultura depende el desarrollo de este pueblo.
Pero este desarrollo, para ser sostenible y duradero, debe ser capaz de ser autónomo, y por consecuencia de autofinanciación. Es la meta principal del proyecto con Madre Coraje.
A partir de ahí todo quedara en mano de los propios Dogon, y es lo más importante.

El objetivo de este blog no es este, pero por una vez, necesito tu ayuda para poder concretar este proyecto. Si deseas participar, puede hacer una donación por la plataforma en línea de DNPLS, indicando ARAF DOGON.

Tu participación también puede limitarse a difundir ampliamente este artículo. Cuantas más personas sensibilizadas, más posibilidades tendremos de resolver este pequeño, pero muy serio problema.

Y piensa que un like es muy bien, pero no difunde. Compartir es mucho mejor.


Gracias por el País Dogón.

Fotos enviadas por Issiaka Konaté


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